El cambio climático es claramente visible, ya que los fenómenos meteorológicos extremos en cascada han causado estragos en todo el mundo. Hemos visto de todo en poico tiempo, desde graves inundaciones hasta patrones erráticos de lluvia y olas de calor abrasadoras.
Si no se toman medidas urgentes, la crisis climática tendrá un impacto directo en las vidas y los medios de subsistencia de las personas. Una de las principales preocupaciones que se cierne en todo el mundo es la crisis alimentaria mundial. La seguridad alimentaria está indisolublemente ligada al clima y la salud de los ecosistemas. Según el Banco Mundial, casi el 80% de la población mundial (que vive en el África subsahariana, el sur de Asia y el sudeste asiático) corre un alto riesgo de sufrir malas cosechas y hambre a causa del calentamiento global. La crisis es mayor de lo imaginado. Según los expertos, se espera que muchos alimentos escaseen como resultado del cambio climático. Además, los cultivos también se ven amenazados por plagas y enfermedades a medida que el clima se calienta y cambia, poniendo en riesgo el futuro de la agricultura. Desafortunadamente, el calentamiento global también tendría un impacto en el valor de los nutrientes de los cultivos, impactando así negativamente en la calidad de los alimentos. Algunos de los que requieren atención inmediata son los siguientes:

Trigo La sequía y el aumento de las emisiones ponen en peligro este alimento básico para el 35% de la población mundial. Según un estudio, es probable que las condiciones de sequía extrema y prolongada afecten a más de la mitad de la producción mundial de trigo hacia finales de siglo. Esto se debe principalmente a que las altas temperaturas aumentan la transpiración, lo que provoca sequía y bajo rendimiento del trigo. De hecho, incluso si las temperaturas globales se mantienen por debajo de los 2 grados Celsius, se espera que la producción de trigo afectada por la sequía se duplique en los próximos 20 a 50 años. Por otro lado, el trigo representa el 20% de todas las calorías consumidas por el ser humano. Por lo tanto, es probable que las emisiones constantes de dióxido de carbono también reduzcan la eficiencia nutricional del trigo.

Café El sorbo diario de café que mejora el estado de ánimo está en juego, debido al aumento de las temperaturas. Las fenómenos climáticos extremos, como el aumento de los niveles de mercurio, las lluvias excesivas y la humedad persistente, tendrán un impacto severo en la producción de café en muchas partes del mundo. Un estudio científico afirma que el mundo podría perder la mitad de sus tierras cafeteras para 2050. Además, junto con el cambio climático, la salud de las plantas también está al borde del abismo. Los factores climáticos extremos provocarán una enfermedad devastadora llamada hongo “roya del café”. Este hongo tiene el potencial de reducir la producción de café entre un 30% y un 50%.
Arroz El arroz es otro alimento ampliamente consumido que requiere esfuerzos inmediatos de mitigación. Es un alimento básico para más de la mitad de la población mundial, de la cual casi mil millones padecen hambre crónica. Las sequías y los patrones irregulares de lluvia ponen en riesgo su producción. Este cultivo prospera en los humedales, por lo que es probable que el aumento del nivel del mar ponga en peligro el aumento de la producción en lugares como Bangladesh. Las inundaciones costeras dificultan su cultivo. Según un estudio, el aumento del nivel del mar podría afectar a aproximadamente 200.000 agricultores costeros durante los próximos 120 años. También puede tener un impacto en los medios de vida de los pequeños agricultores, que producen casi el 80% del arroz del mundo. El lado positivo es que el progreso científico ha permitido la producción de variedades de arroz tolerantes a sequías e inundaciones, lo que podría ser beneficioso en el futuro.
Maíz Se cultiva en África subsahariana, América Latina y Estados Unidos. El maíz es vulnerable al aumento de las temperaturas, así como a patrones de lluvias irregulares y escasos. Además, es probable que el calentamiento global desacelere su crecimiento. Se estima que la producción mundial disminuirá drásticamente en los próximos 50 años. Según los modelos, su rendimiento podría caer hasta un 15% en los próximos 50 años. El cambio climático está pintando un panorama sombrío para los principales países productores de maíz, como Brasil y Estados Unidos. Además, los pequeños agricultores enfrentarán importantes desafíos en los próximos años, principalmente para el consumo local.

Cacao Se espera que la demanda mundial de cacao aumente en los próximos años. África occidental representa aproximadamente el 70% de la producción mundial. Al mismo tiempo, esta región es una de las más vulnerables al cambio climático a nivel mundial. El cacao es sensible al calor y a la sequía. El cultivo prospera en condiciones que le son favorables, como temperaturas constantes, una buena cantidad de humedad y abundantes precipitaciones. Sin embargo, está amenazado por lluvias irregulares y patrones de vientos más cálidos. Otros factores, como las plagas y la mala salud del suelo, también contribuyen a una rápida disminución de la productividad de este alimento.
El cambio climático seguirá teniendo un impacto en el rendimiento de los cultivos y el valor de los nutrientes en todo el mundo a menos que se tomen medidas urgentes para hacer que la agricultura sea más resiliente. Es necesario ayudar a las poblaciones rurales a desarrollar su resiliencia ante los fenómenos meteorológicos extremos y su adaptación a un clima cambiante, si no, se pasará de una crisis a otra indefinidamente. Los pequeños agricultores trabajan duro para cultivar alimentos para todo el mundo en condiciones difíciles.
Para la COVID 19 y sus consecuencias, se pusieron a disposición miles de millones de euros. Lo mismo se necesita para el cambio climático, lo mismo se necesita para para el apoyo a la agricultura sostenible. Es crucial para el bienestar y la seguridad alimentaria de todos nosotros.